Cascantes de Alba

cabanillas

En el extremo norte del municipio, Cascantes de Alba debe su apelativo a su pertenencia al antiguo concejo de Alba. Por su calle Real discurre, siguiendo el trazado de una calzada romana, el camino de San Salvador; a él se vinculaba el hospital de Santa Lucía, que se ubicaba a poca distancia de la iglesia de san Pedro.

El nombre de Cascantes podría derivar de la raíz prerromana “casc-”, en referencia a la naturaleza pedregosa del terreno, propia de zonas de aluvión.

Durante la Edad Media, Cascantes marcaba el límite septentrional del alfoz de León. Perteneció, hasta la reforma eclesiástica de mediados del siglo XX, a la diócesis de Oviedo, como atestiguan algunos documentos en los que se menciona una iglesia de San Feliz “super flumen Uernesga, in Cascantes, ecclesiam Sancti Felicis”. Entonces sus habitantes estaban exentos del pago de portazgo cuando iban a León a vender sus productos, así como de otros privilegios otorgados por sucesivos monarcas.

El caserío se articula alrededor del eje principal que marca la carretera, donde destaca un conjunto de casas cuyos muros se levantan en canto rodado y ladrillo y ponen de manifiesto el carácter de la localidad y su evolución a lo largo del siglo XX. Alguna todavía conserva algún corredor cerrado, que antaño fueron bastante comunes. Hasta hace unos años, resultaban curiosos algunos elementos decorativos en los que destacaba el tradicional azul añil, tan extendido en otros tiempos. Un paseo por las calles de Cascantes permitirá descubrir distintos matices de los elementos constructivos tradicionales, como los enramados de varas cubiertos de barro, con los que se preparaban paredes y cubiertas ¡toda una lección de economía sostenible!

En la plaza, entre las casas, destaca la iglesia de San Pedro, cuya fábrica de una sola nave data del siglo XVI, aunque muy modificada con posterioridad. Está levantada sobre una construcción románica anterior, posiblemente de los siglos XI-XII, de la que apenas se intuyen algunas evidencias en el ábside. A la iglesia se accede por un patio con un pórtico cubierto; en su interior guarda algunas imágenes, como un san Juan Bautista o una Virgen con el Niño, así como una pila bautismal decorada del siglo XVI.

El pueblo custodia también el recuerdo de una ermita de Santa Lucía, a la que se adjuntaba el hospital de peregrinos, una fuente de factura tradicional, ahora restaurada, y los restos un puente del siglo XVIII, del que apenas se quedan los anclajes, tras ser volado en la Guerra Civil.

Cascantes celebra a su patrón San Pedro Apóstol el 22 de febrero y a su patrona, la Virgen de los Remedios, el 12 de octubre.

A los pies de la montaña y muy próximo al Bernesga, el pueblo siempre ha vivido de la ganadería y la agricultura. Madoz refiere su terreno llano y de buena calidad, al que “fertilizan las aguas del Bernesga”; y la producción de centeno y trigo, legumbres y pastos aunque “en corta cantidad”.